lunes, 4 de febrero de 2013

                                                                       Fin

peones hemos de crearlo.
peones han dicho basta. El ajedrez perfecto no existe, pero los
Puede que el rey no lo sepa, pero todo ha de terminar pronto. Los

el rey. Cuando un peón grita basta, los demás peones se abroquelan.
búsqueda, pero nunca obtendrán los resultados pretendidos por 
encontrarlo. Podrán fingir respeto y obediencia. Podrán fingir una 
entenderá. Mientras falte un peón, los demás peones jamás han de
buscar a los demás peones. Pero, el rey no entiende. Acaso nunca 
los campesinos. Pueden, como han hecho, interrogar y hacer
gritarse órdenes. Pueden, los jinetes, quemar aldeas y torturar a
jinetes, alfiles y torres. La reina puede correr y correr. Pueden 
aún. Tal vez sigan creyendo en los esfuerzos represores de sus 
El ajedrez perfecto no existe. El rey y la reina tal vez no lo sepan

irreemplazable.
Un peón. Lento, perezoso. Un peón, insignificante. Un peón,

El ajedrez perfecto no existe

Un peón ha huido y el reino ha quedado paralizado.
Un peón. Un mero peón. Igual a cualquier otro, pero fundamental. 

huido.
corren de un lado a otro. Todos intentan encontrar al peón que ha
apesadumbrado, con su andar cansino y pasos cortos. Los alfiles
El ajedrez perfecto no existe. El rey recorre el palacio,

y juegos.
El reino está convulsionado. Se han suspendido todas las actividades

esfuerzos, en vano.
Nada. En las más altas torres de vigilancia han redoblado los
lograr su cometido. Tomaron prisioneros y quemaron algunas casas.
enviados a buscar información. Han recorrido varias aldeas sin
pero no ha habido caso. Los dos mejores jinetes del reino fueron 
quien reina, sino la intranquilidad. La reina ha intentado consolarlo,
ha ocurrido. Grita. Vocifera. El odio llena su corazón. Ya no es él
En el palacio nada es igual. El rey está furioso. No entiende qué


Que la tortilla se vuelva