Los cuatro se sentaron en el piso, con las piernas cruzadas una por encima de la otra y se miraron fijamente. Compartieron la seriedad de sus rostros. No mediaron palabras por un largo rato. No hacían falta palabras: no son necesarias cuando ya todo está dicho. La vida los había alcanzado y no quedaba más que seguir adelante. Por unos instantes se aislaron de todos los ruidos de su alrededor, sonrieron, lloraron, pero no hablaron. La campana los trajo nuevamente al mundo real. Formaron la fila habitual y partieron a sus casas. Habían terminado el séptimo grado.
*dedicado a Franz Kafka (porque no soy para nada pretencioso, ja)
Buenisimooooooooooooooo
ResponderEliminarme encanto, es simple, nada pretencioso y muy claro...
segui asi fer!
besos
mari
Otra vez después de mari! jaja
ResponderEliminarEstá bueno lo simple es cierto.
Porque dedicado a Kafka?? Tiene una onda a alguno de sus cuentos o cierta temática compartida?
abrazo!
Cruz
eaa, gracias a los tórtolos por los posteos. He leido varios cuentos de Kafka que son muy cortitos y relatan una situación normal de la vida... donde no pasa nada. De cualquier manera lo más común en Kafka es que la situación se vuelva terrible y te sientas totalmente oprimido, pero termina como si nada y uno piensa que bien podría no haber pasado.
ResponderEliminarEn fin, creo que intenta tener algo en común. Uno roba de donde le gusta
espero que esta vez ande!!! hace bastante que no firmo veo que esta creciendo esto ya no soy la unica seguidora!=P
ResponderEliminarMuy bueno lo que publicaste como siempre aunque no me mucho guste kafka ajaja espero ver otros..
sabri
nunca había leí este!!! me gustó
ResponderEliminartengo un textito de kafka para que leas, haceme acordar