*Nota: asumo que nadie se va a tomar el trabajo de leerlo; si alguien lo hiciera, cabe aclarar que la mayoría de los datos en esta historia son ficticios. La única verdad es que Córdoba cuenta con grandes colonias de alemanes, y también de enanos. Ninguna de las oraciones del siguiente cuento debieran ser tomadas para otra cosa que la chacota.
A Nano
Los sucesos del corriente año me han afectado profundamente. Puedo decir que mi vida ya no recorre su cauce normal. Desconozco, en realidad, cual es el cauce normal de las cosas. Vivimos de la manera en que la vida nos es presentada. Nacemos en la Tierra y no nos cuestionamos mucho sobre el resto del universo. Nacemos en una ciudad y no estamos muy interiorizados en las costumbres del campo. Nacemos hombres, y sabemos poco sobre cuestiones femeninas. En mi caso, nunca cuestioné mucho nada. Pero desde Julio, vivo inmerso en una paranoia casi norteamericana. Presto atención en las calles por miedo a que vengan a buscarme. Trabo mis puertas y ventanas, especialmente durante la noche, período en el que poco puedo conciliar el sueño.
El PEN (Proyecto de Enanización Nacional) fue comenzado por el científico Utter Von Stritch en el año 1952. Poco después de la guerra, Utter Von Stritch (o Cacho, como lo conocían sus intimos) huyó de la Alemania Nazi para radicarse en las sierras de Córdoba. Allí, junto con un grupo de colegas descubrió los grandes errores en la primera búsqueda de la raza aria. Tras largas jornadas de estudio y noches de vino patero, Von Stritch decidió desarrollar un ser superior, pero cuya superioridad no radicara en su tamaño ni grandes bondades o virtudes corporales, sino en su gran poder mental. Este poder mental no dejaba espacio al desarrollo físico, y por tanto, estos seres debían ser lo suficientemente pequeños para permitir el crecimiento cerebral y al mismo tiempo, pasar desapercibidos (entiéndase que nadie esperaría mucho de ellos, ya que por su horrible constitución, era difícil que alguien no los notara).
El primero de la nueva especie fue Carlos Von Stritch. Por supuesto, tomó su apellido de su creador. De cualquier manera, rápidamente, por cuestiones cuasi burocráticas, paso a llamarse Carlos Sánchez. Stritch veía su sueño realizarse. Sánchez tenía todas las condiciones humanas, había sido creado un adulto de 32 años de edad (aproximadamente) en el cuerpo de un niño de 8 años, cuya cabeza, pulgares y dotes amorosos distaban mucho del tamaño que podían tener en un niño. Lógicamente, el tamaño de la cabeza era el necesario para almacenar tanto poderío cerebral. Los últimos testimonios de la época afirman que el tamaño de los pulgares fue producto de un leve error en la matriz y que el tamaño del sexo de Sánchez solo puede explicarse como una compensación de lo que Von Stritch había recibido en suerte.
Sánchez no tardo en notar que era distinto al resto. De hecho, sus primeras palabras fueron “Soy distinto al resto”, pero se cree que lo dijo porque pensó que tenía tres piernas. Rápidamente notó que su diferencia con el resto radicaba en su altura. Sánchez maldijo a su grupo de creadores y huyó. Quienes estaban en el lugar, en su mayoría, abandonaron el proyecto. “Sánchez prometió vengarse. Dijo que un día iba a encontrar una cura para la aberración que le habíamos hecho y nos iba a hacer enanos a nosotros. Estaba desquiciado. Nunca entendió que lo habíamos creado destinado a ser algo superior”, cuenta uno de los científicos que nos pidió permanecer anónimo, y tampoco quiso explayarse en sus testimonios. Nada más se supo de Sánchez, salvo por sus documentos y partida de “nacimiento”. Lógicamente, se cree que Sánchez ha muerto. Por otra parte, se lo vincula con la muerte de varios colegas de Von Stritch. Tal es el caso de Richard Wemmel, científico también alemán, desaparecido en 1967. Su esposa murió hace tan solo 4 años sin haber intentado buscar a su esposo en todo este tiempo. Sus hijos propinaron unos cuantos golpes a varias de las personas que inquirimos sobre el paradero de su padre.
Volviendo sobre el PEN, Von Stritch prometió continuar. Pasó unas cortas vacaciones en Buenos Aires, donde conoció a Trematino Valanto (un afamado ingeniero italiano de corte fascista) con quien volvió a Córdoba para enseñarle el proyecto. Deleitado, Valanto no dudó en sumarse. Sus ideas extremistas pronto se apoderaron de Von Stritch y el PEN recobró su poderío inicial, pero redujo sus objetivos. Comenzó así el PEC (Proyecto de Enanización de Córdoba). Desarrollaron al menos otras 8 criaturas, de las que poco hemos podido averiguar. Sin embargo, personas cercanas a Valanto resaltan la creación de al menos 3 féminas, lo que permitiría la reproducción de la nueva especie.
El PEC corría por esos años, 1969, su mejor momento. Los dos prestigiosos científicos habían visto con orgullo la formación de una colectividad alemana en su querida Córdoba. Además, las sierras y el clima hacían del lugar, le sede perfecta para la experimentación y la reflexión. Sin embargo, el flujo de vino patero, y el excéntrico comportamiento de Von Stritch amenazaron con tirar todo por tierra. Una calurosa noche de noviembre, conoció a la prometida de Valanto: una hermosa muchacha oriunda de Córdoba Capital. Su tonada cautivó automáticamente a Von Stritch y ella quedó maravillada por la facilidad de palabra del científico. Mantuvieron un amorío secreto durante casi dos años. Él la cortejaba mientras Trematino seguía con el desarrollo del proyecto. Así, Valanto debió ocuparse de ciertos viajes al norte del país que Von Stritch, convenientemente, organizó para él. Las conferencias de Valanto en Jujuy y Salta no solo fueron un fracaso, sino también letales. El ingeniero murió en Salta en septiembre de 1971 luego de un corto padecimiento de mal de Chagas. La culpa carcomió el alma de su prometida, que terminó con el amorío y con su propia vida, metiéndose en la máquina de enanización sin siquiera saber usarla. Este fue uno de los mayores reveces para el proyecto. Von Stritch no contaba con su fiel colega, ni con su infiel futura esposa. Al encontrar el cuerpo inerte de la muchacha, el científico casi cancela el proyecto. Pero en última instancia, esto solo lo fortaleció. Los tristes sucesos le mostraron la urgente necesidad de una raza superior.
Por su parte, las 8 nuevas creaciones (recordemos que 3 eran de sexo femenino) no conocían los tabúes de la sociedad cordobesa de la época. Así, pasaban los días en largas orgías, al igual que las noches. “Le daban a la matraca de sol a sol. Recuerdo que varias veces fui a quejarme a su departamento, más allá de que me daban un poco de miedo. Una vez me gritaron que si a mí no me atendían bien, que no los moleste a ellos, unos maleducados esos enanos. Sobre todo las enanas, se la pasaban diciendo ‘boluda esto, boluda lo otro’. Terrible…”, cuenta una de sus vecinas. Ante las repetidas quejas de los vecinos e incluso un allanamiento municipal, los enanos se mudaron a Nono. En este pequeño pueblo pudieron vivir con mayor tranquilidad. O mejor dicho, pudieron ampliar su descontrol sin ser molestados.
Continuará...
Creo que hasta me acuerdo cuando dijiste lo de "una paranoia casi norteamericana"; un viaje muy copado che!
ResponderEliminarY hasta tiene cierto estilo fontanarrocense el texto!
Felicitaciones y gracias por la dedicatoria...
No se que pensar... me hiciste sonrojar! jaja
JAJAJAJA idolo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarrecuerdo lo que me contaste de tu viaje a Cordoba!
muy bueno...espero la continuacion
Maripositaººº
Está simpático! Me acuerdo de los enános de córdoba. Ahora tenés q inventar lo mismo pero para los perros bagabundos de Rosario.
ResponderEliminarPorque todo el mundo nos hace quedar a los científicos como locos?? No nos va a quedar otra que inventar ratas transgénicas para controlar a los rebeldes.
saludos!
Cruz
Estimado sr. fe de erratas:
ResponderEliminarPor la presente me dirijo a ud. para informarle la falta ortográfica en la línea 2 (dos) de su comentario (ver arriba) en el marco de su interés crónico en errores y otros cuentos. A menos que ignore fenómenos mutacionales (palabra acuñada en el momento) en la ortografía de Rosario (no me refiero a la admirable grafía de ortos en la zona) el término "vagabundo" lleva "v". También en su forma plural.
Sin más, atentamente.
La fe de erratas de la fe de erratas.
(no me odies, te tengo q caer bien q si no fer me deja)