sábado, 27 de diciembre de 2008

Las no historias

La conocí un día de esos que hacen que uno piense que Dios existe; Dios o por lo menos la astrología, y que Plutón y Neptuno tenían la luna en no sé dónde y, como soy Capricorniano, tenía que conocerla, y teníamos que amarnos.


Entonces empezamos una breve conversación… de esas típicas de gente que no se conoce, y se cruza aleatoriamente por la vida. Por suerte evitamos hablar sobre el clima o la política - tampoco quiero que usted crea que lo nuestro fue una charla de ascensor o que esta chica era taxista. La cuestión es que nos cruzamos en una estación de micros y si bien estuvimos sentados lado a lado por algo así como media hora, solo charlamos dos minutos, tal vez tres. Tal vez los tres minutos más lindos que la vida me haya dedicado.


O tal vez no. Tal vez hayan sido muy parecidos a otros cinco minutos que me dedicó alguna otra chica en un pasillo, o al rato que miré a una chica en un colectivo, o a alguna sonrisa que me han regalado.


Me tildará usted de enamoradizo. No objetaré: puede que lo sea. De cualquier modo, prefiero pensarme un romántico. Y el romántico se alimenta de amores platónicos, ya que en este plano, la perfección es posible. Sabe Dios que me he enfrentado con algunos noviazgos fallidos, con situaciones de lo más desopilantes a la hora del amor, y que he fracasado… cienes y cienes de veces. Pero mis amores platónicos han sido perfectos. Eternos. Sublimes.


*dedicado a jackie, que tuvo la idea e inspiró este escrito

3 comentarios:

  1. Amores platónicos Lisa, u obsesiooones??

    Muy bien en dedicar un escrito así! no podía faltar, ahora sí es tu blog!

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  2. Me encantó!
    Besote!
    Guada

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  3. estoy al tanto de la posible inexistencia de la palabra cienes. Como bien me apuntó jota, prefiero considerarla un neologismo

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